Una de las opciones es cambiar el típico ramo de flores blanco o en tonos pastel, que suele llevar la novia, por algo más llamativo. Las opciones son variadas. Las menos atrevidas pasan por incluir en el ramo pequeñas flores de colores vivos o directamente hacerlo con flores grandes de colores vistosos, por ejemplo, rosas rojas o tulipanes violetas.
El formato también puede ser modificado. En vez de presentar el ramo en forma bouquet, puede hacerse en forma de cascada o incluso como brazalete si se elige algo discreto.
Dentro del ramo se pueden incluir detalles para acompañar a las flores, como son las plumas. Entre los modelos más populares están los que incluyen plumas de faisán o de pavo real.
Existen alternativas a las composiciones florales. Siguiendo la forma de un ramo floral, puede crearse uno a partir de botones, utilizando piezas de distintos tamaños y estilos. Otras opciones implican hacer flores con papel, fieltro, incluso joyas. Este último suele ser una combinación de broches y alguna joya familiar para darle un significado especial.
Por último, podemos mencionar otra posibilidad distinta a las anteriores. Elaborar ramos utilizando bombones. Se parte de una base donde pueden irse colocando estratégicamente los chocolates para que asemejen la forma de un ramo. Este detalle suele utilizarse más como regalo para las asistentes que como ramo de novia.